Yo y el desconcierto.

I

Y aún no sé que nombre otorgarte.

¿Hay dioses tan buenos como para no ser creíbles?

¿Dioses tan humanos como para parecer criminales?

Los fantasmas existen, y los dioses depende.

A ver, no te quisiera a mi imagen y semejanza,

con mi imagen y semejanza me es más que suficiente.

El dios, que se sepa, al final queda tocado por su propio ímpetu.

¿Y si no son más que las almas de los hombres y la mujeres que desean

dioses tan desesperados como para querer ser humanos?

Yo tengo un dios a medio construir, Europa.

¿No les gustaba a los dioses griegos, Europa, tanto ser hombres

qué nos ofrecieron su eternidad con tal de estar a este lado?

Y es que una vez roto el camino, el sentido,

¿Creería un dios ser capaz de cerrar las puertas del cielo?

¡Pobre pequeño dios mío!

II ( Axioma )

Parecería que el único dios creíble es el dios de la guerra,

en perfecta comunión con el hombre, sanguinario y criminal.

Aunque también se podría decir lo contrario:

Que el único hombre creíble es el hombre de la guerra

en perfecta comunión con el dios, vacío y equidistante.

III

En cuanto sobre lo que significa el equilibrio,

digamos que de un lado la naturaleza, del otro el alma.

La simetría, el orden y el caos,

filosofía de la tierra y de los mares,

básicamente supervivencia del dolor,

como les gusta a los hombres y a los dioses.

Cómo aman los dioses ser hombres

y los hombres ser dioses.

Pero Europa, los dioses de verdad, los que fueron,

¿a caso no deben de ser dioses muertos que no saben que lo están?

A mi pequeño dios de cada día,

lo acabaría estoico y pensador,

por que Hesíodo hace mucho que dejó de cantar,

o tal vez sea ya también un dios perdido, no sé,

que no encuentra dónde estar.

IV

¿Y por qué no, aún mejor, hablamos de lo bello y ya está?

Por que los testigos de los dioses

quedan al final atrapados en la oscuridad.

Desde hace un tiempo vuelve el horror

de que muchos dioses están cayendo muertos, Europa,

con caras de niños aterrados.